UN CABALLO INQUIETO

En el oscuro bar se entreveían las amazonas. La transformación había comenzado…. la imagen de un gran falo dominaba su mente.

El caballero francés se acerco a la barra, con sus ojos de equino exploro a su alrededor, olfateo y allí, sentada y con un codo apoyado en la barra, la descubrió. Esbelta, con aspecto regio de amazona segura, lo miraba y sus ojos se encontraron….. ella sonrió y para el eso fue la llamada……

Apenas se entendían, sus idiomas eran diferentes, la examino de abajo arriba. Sus largas piernas eran perfectas para cabalgar, sus manos para asir las riendas. ¡Que perfecta figura!. Le gustaron sus tacones aunque quizás hubiera preferido  unas botas con espuelas. Fue fácil llegar a un acuerdo, fijar un precio y seguirla dócilmente escaleras arriba a un rincón mas privado.

Ella le cedió el paso entrando tras el a la habitación y cerrando la puerta tras el lo miro y empezó a desvestirse.

- No, pas enlever vos vêtements, no…. no.- Estaba perfecta, era su amazona.

La transformación llegaba….. desnudo sentía el vigor salvaje del caballo. La miro y le suplico que lo domara, que lo montara, que cabalgara a su lomo dándole vida al animal que encerraba en su cuerpo humano.

- Hiiiii, hiiiii.- Relinchaba mientras corría llevando a horcajadas a la mas hermosa amazona .

Sentía los tacones ordenándole, guiándole, amansándole, sentía sus crines tensadas por las manos de su guía. Fue una cabalgada sublime, su cuerpo desnudo, sudoroso corriendo por campos y montañas……..

Ella descendió, lo miro y le dio un terrón de azúcar como premio.

La niebla desapareció, volvía a ser humano, pero su animal había corrido libre y el solo podía estar agradecido a la más sublime amazona que jamás lo había cabalgado.