Insistía e insistía. Cada vez que venía a verme me hablaba
de pasar toda una noche conmigo, de hacer una escapada a un hotel y dormir
juntos.
- No te creas que es tan agradable.- Le repetía una y otra
vez.- Ronco y, además no me gusta que me toquen cuando estoy durmiendo. Me
pongo de muy mal humor si me despiertan.- Y él ni caso.
La verdad es que no entiendo a los tíos, a eso de las tres
o las cuatro cuando ya estoy bien dormida empiezan a tocar y con ganas de echar
un polvo y, claro pensaba que este no sería muy diferente y prefería mantener
la imagen agradable que hasta ese momento tenia de él.
Pero al final cedí y me prepare a esperar lo peor.
Me recogió a media mañana y cogimos carretera sin saber yo
donde me llevaba. Por Tarragona, por ahí me dijo.- “Ya veremos”- Pensaba yo sin
demasiada prisa por llegar al hotel. Era un día con un viento terrible que sacudía
el coche y que nos iba a obligar a encerrarnos todo el tiempo en la
habitación……
De camino pasamos por Salou para ver el mar en un día
"perfecto" para ello, con el viento que nos tiraba y nos llenaba de arena, a él le
hacía gracia y así se posponía la llegada al hotel. Pasamos la mañana, buscamos
un lugar para comer y con cierta dificultad encontramos el hotel entre campos y
frutales, una gran casa antigua y solitaria en el medio del campo.
El viento sacudía arboles y palmeras del jardín
empujándonos hacia la entrada del caserón. Era un edificio antiguo, un poco
decadente y a pesar de aparentar lujo un poco dejado. Todo era extraño pero la
habitación era grande con una cama que aparentaba ser cómoda, un balcón desde
el que se veía como las ramas de una palmera prácticamente azotaban las ventanas….. y mi acompañante
sonreía y hacia chistes sin gracia todo el rato.
Y no fue llegar y a la cama a follar, no. Lo primero que
hicimos fue irnos a la piscina cubierta y a la sauna. Estábamos solos, de la piscina a la sauna, vuelta al agua y después al
baño de vapor y… mas piscina y mas sauna donde sí que me empezó a dar masajes,
a acariciar. Era un lugar bastante agradable a pesar de la presencia de una chica que no dejaba de aparentar que tenia mucho trabajo y de dar vueltas por la sauna poniendo velitas y ambientadores.
Así cuando regresamos a la habitación me desnude y estire
en la cama confesándole que estaba muy caliente, que era el momento de dejarnos
de preámbulos y follar, que es lo que hicimos y, de qué manera, mientras fuera
el viento continuaba sacudiéndolo todo, sin poder ahogar los gritos que se me
escaparon.
Ya no salimos del hotel. Cenamos en una sala para nosotros
solos con un servicio exclusivo y riéndonos de todo, contemplados por la metre
que no dejaba de vigilar nuestros platos y en un momento dado casi nos hecha bronca por tardar mucho en comer. Descubrimos al final además que en realidad
no había más clientes, que todo era para nosotros y que el lugar tenía un que,
algo que daba un poco de miedo.
Pero bueno, en la cama el cliente me cuidaba y me acariciaba con
delicadeza. Nada me podía pasar y al despertarme le invite a que fuera hacia
abajo a besarme y humedecerme por ahí y así tener un perfecto inicio del día. La
verdad es que estuvo bien y que mis temores de tener que aguantar a otro pesado
habían estado infundados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario