LA CENA

Tal como habíamos quedado,  a las 9 a la salida de clase me estaba esperando para ir a cenar.

-¿A dónde vamos?- Le pregunte pensando que me contestaría como siempre: “Donde tú quieras”, pero esta vez me sorprendió y no fue así.

- Vamos a Castelldefels a cualquier sitio que conozcas,....podemos cenar pescado, marisco..., lo que te apetezca -  Repartía mas la responsabilidad de la elección que de costumbre, quizás  pensando en esa otra noche que nos fuimos a pasear a la playa y le hable de mis descubrimientos de los restaurantes de allí, a los que íbamos las chicas saliendo de la Fabrica.

- Si, vamos a intoxicarnos.- Me reí recordando cuando con otras chicas fuimos a cenar a un japonés, lo que para nosotras era una gran novedad y acabamos todas vomitando.

Sin embargo elegimos una marisqueria del paseo maritimo. La ultima vez que estuve ahi fue hace unos 10 años. El lugar seguía casi idéntico, solo que la compania era diferente y yo tambien: mas madura y mas segura. Nos sentamos en la misma mesa y eso fue la ultima gota que provoco la lluvia recuerdos.
Estaba yo, con otro acompañante y una pareja de amigos suyos. El, nervioso y chicharrachero, no paraba de hablarle a su amigo tímido y callado y a la esposa de este la cual permanecía sin decir nada, mirando hacia todas partes menos hacia nosotros.

“Mira mi chica”, decía el. “Es muy lista, ahora está estudiando catalán y castellano”.... gesticulaba y hablaba de mi..... “Y,... en la cama.... no os lo podéis ni imaginar”. Yo me sentía avergonzada, la otra pareja no levantaba la mirada de los platos..... Y él seguía y seguía. “¿Que, no te da envidia?”, le insistía a su amigo.... “Yo con esta chica rusa, guapa, lista y..... no veas y...tu...¿qué?”. Solo hablaba él y los demás cada vez más callados.

“Vaya mierda que eres tío, aburrido como nadie”... el mismo acabo el monologo.

Nada que ver una cena con la otra pensaba mientras saboreaba la dorada que me habían servido y me reía relajadamente con los comentarios de mi actual acompañante.