sábado, 24 de enero de 2015

GRITOS

¡Como grite mientras me hacía el amor!.
-Nos deben haber oído en las habitaciones de al lado.- Le dije después, mientras él se mantenía abrazado a mi tras acabar.
-No sé, no creo, este hotel parece bastante bien aislado al ruido.- Me respondió sin dejar de acariciarme.
Me gusto. Hacía mucho que ningún hombre me había excitado tanto o, quizas simplemente era primavera y me deje llevar con los gritos. Es curioso que antes de salir de Rusia nunca decía nada, siempre estaba callada. Fue al llegar a la Fabrica y escuchar como las otras chicas gritaban y gemian para excitar a los clientes que empecé a hacerlo yo también, aunque en verdad no demasiado.
Recuerdo a una compañera de piso en Rusia, que cada vez que estaba con alguien ya con el primer contacto empezaba a gritar y no paraba hasta que se acababa el acto. Todas en el piso nos quedábamos calladas, sonrientes, medio asustadas mientras duraba la serenata, con subidas y bajadas de tono hasta un final estruendoso tras el cual venían las carcajadas de su risa y todas nosotras podíamos continuar con lo que estuviéramos haciendo.
Pero realmente los gritos de las chicas a muchos hombres les asustan y a otros hasta les quitan las ganas de sexo. Asi que intento gritar lo menos posible por si acaso, aunque a veces por costumbre me dejo llevar.




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