martes, 6 de enero de 2015

MUJER GRUESA

Alrededor de treinta tenían todos. Entraron riéndose, empujándose entre ellos, dándose codazos mientras iban mirado a las chicas, señalando a una y otra. Típico grupo de fin de semana de visita a la Fábrica, posiblemente alguno de ellos era cliente, aunque yo no recordaba a ninguno.
Un par vinieron directos a mí, disimulando mal el nerviosismo, haciéndose los machitos. Les sonreí sin demasiado interés pero espere a ver que decían.
-Estamos celebrando una despedida de soltero.- Me señalaron a un chico bien plantado que iba examinando a todas las chicas sin demasiado interés.- Se casa mañana y aquí estamos para ver qué pasa.- Me explicaron.- Y de paso todos queremos pasarlo bien.- Los mire y de entrada no tenía nada claro que fuera a trabajar con ninguno de esos dos.
Mientras ellos seguían insistiendo y ya coqueteando con otras chicas se acerco el supuesto novio y se dirigió a mí.
-Hola.- Me saludo.- Quizás tú puedas ayudarme.- Despertó mi curiosidad por el tono en que hizo la pregunta.
-Mañana me caso - me explico - Y mi novia está muy, muy bien, es muy guapa y muy lista y la quiero mucho
-Si - dije yo esperando a ver que dice después de esta introducción.
-Busco para esta noche algo especial.- ¿Qué seria eso? - me empecé a preguntar esperando que no me pidiera ninguna guarrada.
-Busco una chica gorda, muy gorda y grande.- Mientras me lo decía se le ilumino la cara.
Vaya sorpresa, eso era lo último que me esperaba como petición de despedida de soltero.
-Bueno, sí, hay una chica que quizás te guste. Espera un poco y te la presento.- Le sonreí y le invite a sentarse a mi lado mientras sus amigos seguían toda la conversación y se reían.
Le señale la puerta - Mira ahora entra - Alta, gruesa, inmensa con enormes tetas que basculaban con cada paso que daba la chica. Parecía un japones de los que practican sumo pero en versión femenina y europea - Ahí la tienes - La cara de él resplandecía, se levantó y se fue directo hacia ella.
Todos observamos como hablaban y como desaparecieron tras la puerta que tantos hombres habían mirado con la esperanza de ver salir a  la mujer de sus sueños.
A la hora bajaron, él con cara de satisfacción, sonrió a sus amigos y se despidió.
-Mañana tengo boda y he de llegar en condiciones.




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