Sonó el
teléfono, era un número desconocido y largo. Sonreí preparando mi voz más
agradable.
-Si -
Dije alargando la "i" melosamente
Al principio
no entendí nada, era evidente que quien llamaba era extranjero, tenía una voz
fuerte y dura y su español era entrecortado y difícil de entender.
-No te
entiendo.- Dije pensando en que quizás en ingles me entendería.
-Hola, sí, yo
encontrado anuncio en internet. ¿Puedes a mi hotel?.- Pude entenderlo y no me
esforcé en cambiar de idioma
-Sí, pero
¿Qué hotel? Y ¿Cuánto tiempo?.- No quería sorpresas después con el precio.
Me dijo el
nombre del hotel que no estaba lejos y quería estar una hora o un poco más. Le
di un precio para dos horas y lo acepto.
Cuando me
abrio la puerta de su habitación vi a un hombre alto y un poco obeso, parecía
un típico alemán en viaje de negocios que es lo que era. Tenía pinta de pesar
bastante y ya pensaba en cómo hacerlo para no acabar aplastada.
Lo cierto es
que se dejó hacer, lo trabaje con comodidad para mí y vi como el disfrutaba con
su primario placer. Se desnudó rápido y no fue de los que te arrancan la ropa y
los tienes que estar frenando todo el rato para que no te hagan daño.
Respiraba
tranquilo y satisfecho, me sonreía y moviendo su cabeza afirmativamente me
comento en su pobre español:
-He hecho un
estudio de mercado.- Me sorprendió con lo que salía, no entendía a que se
refería.
-Sí, voy
mirando muchas chicas. Tu estas muy bien. Muy buena relación calidad/ precio.
Estudio de mercado..., calidad/precion..., ese escondìa una calculadora bajo la almohada. Si no fuera aleman me crerería que fue Dominique Strauss-Kahn
ResponderEliminar(Kronopio)