domingo, 30 de noviembre de 2014

EL AMERICANO

La llamo por una hora y la retuvo tres días, no la dejaba ir.... ella le decía que tenía un niño pequeño y tenía que ir a verlo, que lo echaba de menos y ademas  tenia que darle el pecho, él le dijo que lo trajera, que estuviera con ellos.
Le compro vestidos, la llevo al teatro. Le compro juguetes al niño... todo para ella y ella acabo enamoradísima del americano. Pero no podía ser, él estaba allí por trabajo, volvió varias veces, siempre con ella hasta que termino lo que tenía por hacer en Rusia, además estaba casado y no iba a dejar a su mujer. No volvió.

Mientras duró..... para ella fue una de esas partes agradables de este trabajo. Los extranjeros con poco que tuvieran ya era mucho para nosotras, podían fácilmente parecer generosos.

sábado, 29 de noviembre de 2014

RECOMENDACIONES

 
Estudiando en bachillerato medico descubrí lo que la locura del sexo puede provocar. Aprendí lo que no se debe hacer bajo ningún concepto, aunque hay cosas que ya por sentido común no se deberían hacer nunca. Pero a veces el amor y el sexo llevan a hacer cosas que mejor no sufrir.

     Y lo más increíble es que las cosas se repiten una y otra vez. En prácticas en hospital al menos una vez por semana atendíamos a algún idiota con la rosa en el pene. Me imagino la escena de la chica estirada en la cama, desnuda esperando a su amado. El llega, desnudo, con el pene erecto y con una rosa en el capullo. No entiendo como no le dolía, ni como se metían el tallo por el orificio. Y lo peor es que después no se lo podían sacar acabando en urgencias para diversión de los médicos y la mía.

     Aunque no sé que es peor, eso o que la chica hiciera lo mismo sin sacar todas las espinas del tallo, solo imaginarlo cierro las piernas y las aprieto como para evitar que nadie me introduzca nada.

     Otros venían con el pene metido en la botella de la famosa en aquel entonces bebida, llamada “Cheburashka”. Para esos teníamos el equipo de cortavidrios preparado.

     Con las chicas que trabajaban conmigo tenia largas charlas sobre la seguridad en el trabajo.

     —No podéis permitir que os metan cosas extrañas por los agujeros, solo juguetes eróticos adaptados. Hay un montón de tíos por ahí que están obsesionados con meter las botellas de champan por la vagina, así que tened cuidado. Si les gusta hacer experimentos con sus penes, allá ellos, pero no con vosotras. Nuestros cuerpos son nuestras herramientas de trabajo y son herramientas únicas, una vez estropeadas cuesta mucho arreglarlas.  

     En este oficio hay que tener muy claro que se puede y no puede hacer si quieres sobrevivir.




viernes, 28 de noviembre de 2014

NECESIDADES

Mirando para atrás recuerdo a una chica que me vino a ver para trabajar y yo le pregunte el por qué.  
- Tengo un hijo pequeño y soy recién separada - Me dijo explicándome que su marido la había dejado 
- Un día vino a casa y dijo que se había encontrado al amor de su vida y se fue. 
Pero lo mas jodido fue descubrir que el amor de su vida era un hombre.- Explicó ella.
La recuerdo callada, tímida y asustada, siempre con la cabeza baja, sin mirarme a los ojos.
Realmente poco podía decir sobre lo que estaba bien o mal, ¿que mas podía sorprenderla?, necesitaba dinero para sobrevivir y así empezó a trabajar con nosotras y sorpresas no le faltaron, a veces muy buenas pero en la que pienso ahora no creo que se pueda definir como agradable.
Necesitas dinero y al final aceptas estar con un tío feo y sucio, trabajas con los ojos cerrados pensando en cualquier cosa menos en el sexo, lo haces tan bien como sabes pero sin color ni sabor ni olor, pero ¡joder! a veces hay un límite.... La imagino acabando el trabajo y preguntado por el lavabo para limpiarse, adecentarse..... pobre, ¿Cómo iba a imaginar lo que encontraría?.
- “! Venidme a buscar ya!”- Nos llamo por teléfono con voz desesperada...
El tipo era horrible, pero bueno.... no era ese el problema, era de un tipo bastante común en esta ocupación, a eso estábamos acostumbradas y en ninguna caso aceptábamos golpes ni violencia pero... ¡Que nos íbamos a imaginar lo que nos explico después!.
Cuando ella le pregunto para ir al lavabo el tipo le señalo la puerta como si nada..... Ella la abrio y el olor la tiro de espaldas.... la mierda subía por las paredes, el váter taponado rebosaba excrementos secos y la bañera se había convertido en el recurso auxiliar del vaciado de las entrañas del seboso..... Me mareo del asco solo por pensar en ello.
No fue como cuando nos paso lo del pintor de murales... siendo ella una de las tres. Aquel tipo la había manoseado, ella le había hecho de todo aguantando olores y sudores pero solo  pensar en como vivía “aquello” se le revolvieron todas las entrañas.

En poca cosa realmente la podían sorprender los hombres.


jueves, 27 de noviembre de 2014

MERDE D'ARTISTE


Íbamos en coche hablando  no sé bien de que, creo que de situaciones extrañas, gente extraña, cuando se rió para sí y empezó a explicar lo que fue una de esas ocasiones estando en Rusia con las otras chicas cuando las llamaron para un servicio. El cliente era un artista y había pedido que fueran las tres.
Arregladas, perfumadas, coquetas, provocativas con sus tacones y sonrisas. Era en un quinto piso, las tres en el rellano, llamaron a la puerta…..
- Nos abrió el artista- Explicó- Iba en calzoncillos.- Pensamos que así quizás estaba más cómodo, ya que era su casa….- Un poco cutre, pero bueno.
- Eso sí, de entrada me llamo la atención el mal olor que llenaba la entrada. Peste, horrible. Entramos y…..
Me describió que descubrieron una pared toda pintada con la propia mierda del artista, que aparecía como una madona plasmada con excrementos, más o menos compactos…. y que la verdad, no se pararon mucho a valorar la calidad de la obra. Eso sí, pasaron a fijarse más en el sujeto para darse cuenta que sobre los calzoncillos llevaba unos pantis de mujer bien ajustados y que por detrás había un bulto considerable.
- ! Era mierda !, que otra cosa podía ser.- Lo gritó mientras me lo explicaba.
Nos empezamos a reír como niños hablando de cacas…. a tal punto que me dijo:
- Tu conduce, mira bien cómo vas.- Sin dejar de reír.
- Viendo aquello, salimos las tres de allí aterrorizadas, escaleras abajo como locas.

Con sus tacones, perdiendo los zapatos, empujándose, con cara mezcla de asco y sorpresa y sin poder parar de reír. Dejando atrás al gran cagador con su materia prima retenida y con cara de “Pero ¿Qué pasa?”
En la calle, ya en el coche con el conductor que las había llevado, quien al verlas tal como llegaron, entre histéricas, asustadas, asqueadas y que se cuantas cosas más debió pensar que por lo menos se habían cargado al cliente, que lo habían dejado hecho mierda.
Y como siempre, acabamos hablando de mierdas




miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL HOTEL DE LOS ITALIANOS

Nos traían braguitas con encajes, medias, esas cosas que nos volvían locas, que difícilmente podíamos imaginar. Eran esos tiempos en que el comunismo estaba en sus últimos días y que llegaban muchos extranjeros para hacer negocios. Llegaban en grupos y ocupaban todos los hoteles que habían.
El hotel de los italianos..... humm. Era un hotelito con pocas habitaciones que lo ocupaba totalmente un grupo de italianos y nosotras en ese tiempo prácticamente estábamos instaladas allí. No recuerdo bien en que trabajaban, pero estuvieron una buena temporada y por la noche pasaban frío y tenían ganas….
Y con los italianos, que son del tiro rápido, diez minutos, un polvo y fuera y a lo mejor a las dos horas querían otro.... íbamos de habitación en habitación, de uno a otro. Asi que nosotras, todo el grupo, tuvo que instalarse allí para poder dar un buen servicio.
Y claro, las braguitas con encajes, las medias suaves, aquella delicada ropa interior, todo aquello no volvía locas.... Allí, en aquel tiempo todo lo que había eran aquellas inmensas bragas de vieja, era imposible comprar lencería fina.

Y esos encajes en las braguitas.....eran …humm….adorables. 


lunes, 24 de noviembre de 2014

EN EL MERCADO

Hay personas con las que hablas con más libertad y soltura, a veces con un grado de provocación. Le hablaba de mi adolescencia y  sobre algunos  trabajos que había tenido además  “de lo mío”, llevándolo todo a un tiempo en que yo era muy niña.
- Pero, ¿tu cuando empezaste a trabajar?.- Era una pregunta que esperaba, quizás le falto completar la frase con “de lo tuyo”.
- Muy pronto.- Conteste, dejándolo de entrada muy sorprendido, casi asustado.- Ya era muy pequeña cuando empecé en correos, repartiendo cartas. Bueno en realidad yo repartía las cartas mientras el cartero dormía, después el me daba una parte. Me levantaba muy temprano, entregaba las cartas y después a la escuela. Ese fue mi primer trabajo.
Después le fui hablando de toda una serie de trabajos de manera confusa pero que me situaron en un inicio muy temprano en ese mundo de “lo mío”. A los quince años discutí con mi madre y me fui de casa con la mochila escolar por todo equipaje, un poco amparada por el sistema que me permitía vivir en el colegio.
Le explique que a los 16 ya conducía mi propio coche aunque no podía tener carnet a esa edad. El coche estaba en realidad a nombre de un cliente y yo lo conducía y pagaba las multas....
También me había dedicado a vender fruta, a ir a los mercados de abastos y allí comprar al por mayor para después revender, todo de manera ilegal y sin ningún tipo de control. Por la mañana temprano iba con un compañero en un camioncillo a buscar verduras, en el mercado una menor era perfecta para comprar sin que nadie la controlase. Uno de esos días en que iba vestida “de lo mío”, ya que venía de trabajar durante toda la noche y en el bolso llevaba el dinero para la compra de sandias me tope con un par de policías que me miraron y llamaron la atención.
- Oye, ¿qué haces aquí?.- me preguntaron jocosamente. Me cogieron el bolso y  lo empezaron a revisar encontrando el fajo de billetes.
- ¿Que, de trabajar?. Te vienes con nosotros a la comisaria que te vamos a fichar.-
Por mi cabeza pasaron todos los posibles infiernos. Fichada llegarían a mi familia y para mi madre sería el fin de su trabajo, una situación terrible. Sin pensármelo dos veces empecé a correr con mis finos y altos tacones perseguida por los policías y, como era de esperar acabe de bruces en el suelo.
Con esposas y las manos a la espalda me llevaron a comisaria, allí me dejaron en una sala llena de hombres fumando, con una atmósfera cargada y agobiante, apenas podia respirar y ver algo o alguien. Las sombras de los policias sentados no se movian, solo me miraban en silencio.
Uno de ellos, más descarado y desagradable me levanto la faldita y dijo: "¿Que ya te has puesto las bragas?". Le golpee la mano defendiéndome y acabe en el suelo de un tortazo y de allí a los calabozos ya acabándoseme el mundo......
Por suerte mi compañero, que había visto toda la escena del mercado se presento en la comisaria:
- ¿Dónde está mi novia?.- Pregunto.- ¿que habéis hecho con ella?
Los policías se quedaron sorprendidos, de alguna manera pensaron que habían metido la pata y sin grandes explicaciones y con alguna disculpa me dejaron ir sin más comentarios.
Esos eran mis trabajos.





domingo, 23 de noviembre de 2014

ESE TIPO DE SORPRESAS


Con algunos clientes tienes sorpresas. Te llaman, te piden lo que te piden, haces tu trabajo y un día te los encuentras donde menos lo esperas.

Que descubras que quien será tu profesor de derecho laboral es cliente tuyo y con gustos un tanto especiales no es en principio una buena sorpresa. Y que el muy cabrón encima te diga “Señorita Alicia Usted será muy buena puta, pero nunca será abogada” no deja de tocarte las narices. El hizo lo imposible pero al final aprobé, eso si teniendo que pasar por comisión.

Otras veces descubres que hombres con algún tipo de relación con tu familia son los que te han llamado y encima son todo lo contrario de lo que aparentan ser. Como fue por ejemplo un tendero sucio y asqueroso que mi padre tenía en alta estima, como ejemplo de buena persona y fiel esposo. Y allí en su deprimente tienda te pide cualquier porquería..... al menos yo sabía quién era, donde vivía y conocía a su esposa.
Aunque peor es encontrarte con un chico joven y pensar que lo conoces de algo.- “Te tengo visto”.- le dices y un día te lo encuentras en casa de tus padres pues es amigo de tu hermano..... no sabes donde meterte.

Y ese cliente poderoso, gran jefe de la gran empresa donde trabaja tu madre. Tu sabes quién es, pero él no quién eres tu hasta que un día te descubre en una de esas muchas fotos que enseña orgullosa tu madre en su trabajo.

“Yo sé quien es su madre”, te dice en una de sus visitas y “yo también quien es usted” le contestas.

Ese tipo de sorpresas....



sábado, 22 de noviembre de 2014

ERASE UNA VEZ


“Oye, me podrías mirar eso que te dije, me sigue doliendo” - ha dicho él con una naturalidad sorprendente y aunque no se le notaba nada, ella si se ha dado cuenta de su nerviosismo interior, y por supuesto ha entendido lo mucho que le ha costado decir eso.

“Claro, a ver que tienes ahí” – le dice ella mientras se ha puesto de rodillas ante el y le ha levantado suavemente, pero muy rápido, la camisa, como si fuera una enfermera absolutamente indiferente por el paciente. El se ha desatado el botón del tejano bajado la cremallera, dejando caer un poquito el pantalón para que ella pueda observar el punto provocador del daño.

Estando ella de rodillas observando la parte inferior derecha de su abdomen. “¿Es aquí?” – ha preguntado suavemente acercando los dedos a la piel. “Si aquí – en este punto” ha contestado el apretándose el sitio como si tuviera miedo de que ella lo haga antes.

Ella ha empezado palpar el abdomen suavemente pero muy segura y mirándole a la cara intentando averiguar donde le dolía exactamente y esperando la respuesta a sus movimientos. El en su cara mostraba todo menos dolor. Quizás miedo, vergüenza, excitación  y algo de tristeza. Ella ha bajado los ojos, lo que veía merecía cualquier cosa menos dolor y, como se les besa a los niños la rodilla cuando se hacen daño, le ha dado un beso donde ella creía que le podría doler.

El cuerpo de el de repente se ha quedado paralizado, notándose la tensión en todos los músculos. Ella ha levantado los ojos...., el parecía muy asustado, pero contento. Sin pensarlo mucho, ella ha vuelto a besarle, pero ya no eran besos inocentes…



viernes, 21 de noviembre de 2014

GEORGIANOS Y SIMILARES

Llegaban con sus camiones llenos de verduras y frutas, todos al gran mercado central de los Urales. Gentes del Cáucaso, todos iguales, cansados del viaje, sudados y sucios, esperando vender bien su mercancía.
Y siempre los esperaba la “vieja” con la que tuve buenos tratos durante bastante tiempo. Tenía un piso con tres habitaciones y en cada una de ellas colocaba a cinco o seis de “esos” por uno o dos días. Los tenia bien apiñados y les iba convenciendo de que tenían que follar, que sino no eran hombres, que no follarse a una chica joven no era bueno y que ella tenía buenas hembras.
Quince años tenía yo cuando la encontré y empecé a visitar su piso y a sus inquilinos. Con quince años y en la calle tenía que sobrevivir de alguna manera y en esas visitas a esas habitaciones masificadas sacaba una buena tajada.
El precio era bajo, pero pasar por 14 o 15 hombres daba una buena cifra y era rápido. Los esperaba en cualquier habitación e iban entrando uno detrás de otro. Esos eran como conejos: pim, pam, dentro y fuera y yo me iba con una buena cantidad de dinero descontada la comisión de la “vieja” y sin recordar ninguna de las caras de esos hombres bruscos, sucios y mudos.

No era lo ideal, no, pero yo tenía que sobrevivir y lo hice. Además después la vieja me presentó a amigas suyas que hacían lo mismo que ella y así pude ganar dinero para pagar el piso de alquiler, la ropa y la comida, lo imprescindible para poder seguir adelante. Ahí también conocí a otras chicas como yo, las cuales después me acompañaron durante mucho tiempo por mi viaje de la vida.

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL GATO PROTECTOR

La niña, en su bicicleta y con su gato encima. Ella también había sido niña y desde siempre ha sido generadora de historias.
Pedaleando hacia el huerto de su padre, atravesando el bosque, casi como en un cuento. Ella y su gato soñando…. Por el camino apareció la figura de un hombre, caminando rápido, cada vez más cerca hasta cruzarse y mirarla, bien no sé cómo.
Ella sintió como los pasos se alejaban y se olvido del hombre, regresando a sus sueños y cuentos imaginados, cuentos de niña.
Y como en todos los cuentos algo más pasó. Algo parecía seguirla, nuevas pisadas rápidas hacia ella por detrás. Más rápidas que su bicicleta. De nuevo la figura del hombre, que la adelanta y vuelve a mirarla…. se aleja no demasiado y se para en seco.
Ella sigue avanzando, pensando: “¿Que le debe pasar?.... sigue avanzando inocente hacia el lobo del cuento. El la espera, justo la deja pasar, la coge de su pantalón corto, la sujeta y le pone un cuchillo en el cuello:
- No tengas miedo, no te voy a hacer nada.- Estúpida afirmación
Falsa afirmación, que el gato, con su especial sentido detecta y en su miedo ataca. El caballero del cuento de espadas afiladas, salta hacia el enemigo cruzándole la cara con mil cuchilladas.
El lobo espantado salta hacia un lado, el caballero hacia otro y ella, la niña del cuento, con un corte en el cuello huye espantada hacia la salida del bosque. Llega al huerto de su padre, donde llora, explica la historia y descubre al gato esperándola.
Días mas tarde, se cruza, en su barrio con un vecino con la cara bien y merecidamente marcada. Villano que baja la mirada y huye no fuera que el gato volviera con sus espadas.





miércoles, 19 de noviembre de 2014

DE NIÑA SOÑABA

De niña veía a las mujeres rusas mal vestidas, agobiadas, siempre tristes o enfadadas, trabajando y cuidando del borracho de sus maridos y de sus hijos. La perspectiva de convertirme en una de ellas no me atraía lo mas mínimo.
Yo soñaba con lejanas tierras, preciosos paisajes, el mar y los barcos de velas rojas y claro, con un príncipe azul o un noble caballero montando un caballo blanco o mas bien un caballo árabe negro y que me llevase a su palacio para convertirme en su reina.
Poco a poco fui descubriendo que de esos príncipes o caballeros hay pocos y que para mi no quedaba ninguno, sin embargo el mar existía y las tierras lejanas también.
Pero lo mas importante fue descubrir que una mujer incluso vieja (en aquel tiempo una mujer de 30 para mi ya era una vieja) podía ser brillante, sonriente y muy guapa, sin llevar la amargura en la frente ni tener que gritar como loca a su marido.
Un día fui con mi familia a Volgogrado y en las escaleras del teatro las vi: bien maquilladas, con vestidos preciosos de salón. llenas de glamour y gracia y sonriendo a cada hombre que las miraba. Los gestos de sus manos me encantaban como las voces de las sirenas y yo con la boca abierta estiraba la mano de mi madre para acercarme a ellas.
Le pregunte que quienes eran y me contesto con un tono de desprecio: "Son mujeres fáciles". En aquel entonces no entendí exactamente que significaba eso, pero si decidí que a pesar de que a mi madre no le caían muy bien yo quería ser como ellas: brillante y fabulosa, bien cuidada y contenta. Ahí en una lejana ciudad rusa a los 8 añitos de edad empezó mi educación como futura escort.



martes, 18 de noviembre de 2014

LA FABRICA



Habíamos ido a ver el mar acercándonos a la orilla. La playa estaba sin gente, las olas del mar rompían suavemente el silencio y yo miraba al horizonte callada y pensativa, casi olvidándome de mi acompañante.
Ya en el coche cuando nos íbamos empecé a hablar de “La fabrica”, a explicarle a él y con todo lujo de detalles lo que había sido aquel lugar. Mi acompañante aseguro no haber visitado el club nunca antes, así que disfrute sorprendiéndole con mis explicaciones.
- Realmente fue una gran putada el hecho de que cerrasen Riviera.- Dije en voz alta. - Era un verdadero paraíso tanto para chicas como para los hombres y yo pude disfrutar de el durante unos años.- Supongo que mi voz sonó triste. Yo había perdido un lugar donde me ganaba la vida, un lugar con claro oscuros pero la existencia del cual me aseguraba el puesto de trabajo. Y ahora ya no esta, bueno, estar esta pero cerrado.
- Allí cabían unas 300 o 400 personas. Era igual que presenciar un espectáculo y al mismo tiempo formar parte de el. Las chicas muy diferentes entre ellas, unas muy elegantes, otras vestidas con muy mal gusto y algunas con apenas ropa. Sorprendía la variedad de los clientes, desde el habitual abuelete del pueblo de al lado a los ingleses borrachos celebrando una despedida de soltero. Le fui explicando como era ese mundo.
- Las chicas vivíamos en habitaciones de dos, aunque algunas vivían fuera y venían solo a trabajar. A las cinco de la tarde bajábamos al salón y estábamos ahí dando vueltas, subiendo, bajando, matando el tiempo hasta las cinco de la mañana.
Para muchos y muchas Riviera representaba una fiesta constante de sexo, alcohol, música y diversión. Yo intentaba ganar el máximo dinero posible pero sin olvidar  divertirme. 
Le explique como evitaba aquellos que iban pasados de coca o bebidos y como hacia  una selección de  hombres un poco mayores y en principio no problemáticos. 
- Los de primera hora de la tarde eran los mejores, salían de trabajar y antes de irse a sus casas un polvo no les venía mal, eran tranquilos y rápidos. Después de la cena el paisaje  cambiaba y el cliente ya no venia a un polvo rápido sino a fiesta larga. Mas o menos pasadas las dos ya estaba  en marcha la cadena  a alta velocidad y por eso al Riviera se le llamaba la fabrica. Bajábamos con uno y en la puerta ya nos esperaba otro que  cogiéndote  la mano y sin preguntar siquiera el nombre o el precio te pedía volver a subir. Tocadas las cinco con las luces medio apagadas todavía quedaban pajarracos tardíos y borrachos que habían pasado toda la noche para escoger una chica y que al final subían con cualquiera que les aceptaba. 
Y por fin el descanso, recuento de dinero, las charlas con amigas, la leche de la mañana, la ducha y a desaparecer en los brazos del Morfeo hasta las 8 de la mañana porque a las 10 tocaba clase de castellano...




lunes, 17 de noviembre de 2014

HOY




Esta mañana me ha despertado el sonido de mi teléfono. Este sonido tan familiar que ya sin despertarse por completo, el cuerpo reacciona por si solo buscándolo y contestando la llamada. Con los ojos medio cerrados pude ver el nombre del cliente conocido. Encendí el interruptor de simpatía y comprensión en mi cerebro y conteste: “¿Hola, que tal? ¿Cómo estás?”
La respuesta fue la de siempre: “¿Bien, como lo tienes?” – “Bien, ¿20 minutos?” –“Si, 20, hasta ahora”
Exactamente la misma conversación con esas mismas palabras y esa misma persona se repite cada semana todos los viernes desde hace más de 2 años.
Parece increíble hasta qué punto nosotros los humanos somos animales de costumbre. Y algunos más que otros. Veo triste, muy triste llegar a vivir el sexo como una rutina semanal, siempre a la misma hora y siempre con la misma chica y siempre de la misma forma. Bueno los hay que lo viven peor todavía: dos veces al año: para el Cumpleaños y para la Semana Santa.
Pasados 20 minutos estaba en mi puerta. Como siempre su ropa era impecable, olía a buen perfume y sonreía. A pesar de su edad, yo diría 60 años o por ahí, conserva muy buen cuerpo y muy buena salud a excepción del corazón operado. 
Lo único que le falla realmente es su órgano sexual y es el resultado de la operación del corazón y las pastillas que tiene que tomar como consecuencia de ello. Pero bueno, a mí eso me da igual, incluso, quizás, lo prefiero.
Yo la verdad me rio mucho con los mensajitos que me mandan a diario los niños que apenas llegan a 20 añitos. Estos suelen pensar que nosotras las trabajadoras del sexo mataríamos por acostarnos con un chico guapo y joven. Pobrecitos como se equivocan.
La mayoría de las chicas están tan hartas del sexo que no quieren absolutamente nada y menos con un joven que no sabe ni manejar su propio cuerpo, ni tampoco sabe acariciar el de la mujer. Yo desde luego si he soñado alguna vez con el cuerpo masculino, este tenía al menos 40 años. Además poco me importa de verdad el cuerpo si las caricias que me hace no me gustan, y menos cuando me tratan como a un saco de patatas.
Bueno volviendo a mi cliente, este, a pesar de tener estos problemas en la cama, no deja nunca de ser agradable y cariñoso. Supongo que lo llevo aguantando tanto tiempo todos los viernes precisamente por su comportamiento en la cama. Quizás también ayuda su generosidad y su olor, o más bien su perfume.
Acabada la sesión dejó el dinero en la mesa como siempre, me dio un beso de despedida y se fue.
Mire la hora: eran las 12, me quedaba una hora y media para hacer los deberes de FOL, que por cierto odio a muerte.
A las 13.30 venia mi “novio”.




domingo, 16 de noviembre de 2014

ALICIA RU


Yo apuraba el cigarrillo mientras él acabando su café me miraba: “¿Por qué no escribes todo esto que me explicas?”, “tu día a día, si lo escribes tal como me lo cuentas a mi..... demasiado”.

Eso que otros ya me habían dicho fue el empujón..... y así después de esa mañana de “Hoy” empecé a recordar, a rebuscar y a escribir.


Aquí empieza mi historia.
Algo mejor me conoceréis.
Mis días de fracaso y de gloria
En este blog seguiréis
Dolor y tristeza mezclados
Con alegría y sensualidad
Con un toque de risa y gracia
Desfrutareis de verdad