Con
algunos clientes tienes sorpresas. Te llaman, te piden lo que te piden, haces
tu trabajo y un día te los encuentras donde menos lo esperas.
Que
descubras que quien será tu profesor de derecho laboral es cliente tuyo y con
gustos un tanto especiales no es en principio una buena sorpresa. Y que el muy
cabrón encima te diga “Señorita Alicia Usted será muy buena puta, pero nunca
será abogada” no deja de tocarte las narices. El hizo lo imposible pero al
final aprobé, eso si teniendo que pasar por comisión.
Otras
veces descubres que hombres con algún tipo de relación con tu familia son los
que te han llamado y encima son todo lo contrario de lo que aparentan ser. Como fue por ejemplo un tendero sucio y asqueroso que mi padre tenía en alta estima, como ejemplo de
buena persona y fiel esposo. Y allí en su deprimente tienda te pide cualquier
porquería..... al menos yo sabía quién era, donde vivía y conocía a su esposa.
Aunque peor es encontrarte con un chico joven y pensar que lo conoces de algo.- “Te tengo visto”.- le dices y un día te lo encuentras en casa de tus padres pues es amigo de tu hermano..... no sabes donde meterte.
Aunque peor es encontrarte con un chico joven y pensar que lo conoces de algo.- “Te tengo visto”.- le dices y un día te lo encuentras en casa de tus padres pues es amigo de tu hermano..... no sabes donde meterte.
Y
ese cliente poderoso, gran jefe de la gran empresa donde trabaja tu madre. Tu
sabes quién es, pero él no quién eres tu hasta que un día te descubre en una de
esas muchas fotos que enseña orgullosa tu madre en su trabajo.
“Yo
sé quien es su madre”, te dice en una de sus visitas y “yo también quien es
usted” le contestas.
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