martes, 2 de junio de 2015

EL TRASTERO

Me estaba esperando en la calle como siempre, pero esta vez su perro no le acompañaba.
- Y tu perro? - pregunte yo poniendo la cara de como si realmente me importaba su mascota.
- Esta en casa - me contesto. Note cierto nerviosismo en su comportamiento y empece a preocuparme. Ni dios sabe que le puede ocurrir a un cliente, aunque sea conocido. A veces crees que conoces a la persona lo suficiente como para poder predecir sus acciones y un dia va y te sorprende. Vale si es una sorpresa agradable, pero ¿y si no lo es? A mi la verdad no me gustan nada las sorpresas, mas que nada porque segun la estadistica 99% de ellas son las que tu no quieres que pasen.
Y esta vez ya notaba yo que me esperaba una sorpresa.
- Estas bien? - le pregunte mientras ibamos hacia el accensor. No es que quisiera saber como estaba, sino que esperaba que me dijera algo antes de encontrarme con la sorpresa.
- Si, nada, hoy es festivo, que es raro, es lunes ya sabes, y...
Se abrio la puerta del ascensor y entramos. Y en este instante me di cuenta de que estabamos en el lugar equivocado. Mi cliente vivia en un loft de planta baja por lo que no teniamos porque coger ningun ascensor. Cuando el apreto el boton del -1 a mi ya me habia entrado el panico.
- ... bueno, mi mujer esta en casa... - seguia el. Yo notaba como la sangre de todo mi cuerpo venia a mi cara.
- Por eso vamos al trastero. - me comento. Tal como me asuste, de la misma manera me desasuste, rapida y silenciosamente.
- Ah!, no sabia que tuvieras un trastero... - dije yo la primera tonteria que me paso por la cabeza mientras recorriamos el corredor lleno de puertas con numeros.
- Si, esta justo debajo de mi casa - dijo el abriendo la puerta del numero 13.
"Encima el 13" - pense yo - "no podia ser otro numero, claro". Despues me acorde de que el 13 solia ser bueno para mi. Me acuerdo de haber estudiado de todo el contenido para un examen de derecho civil solo la pregunta 13 y me toco exactamente esa pregunta. Que suerte! Bueno fue suerte para aquel entonces, ahora pienso que si repitiera el examen a lo mejor ahora sabria mas del derecho civil.
La luz que encendio mostro todo el contenido del trastero: cajas, baules, bicis, estanterias llenas de chismes, bolsas de plastico y yo que se mas. Pero lo que mas destacaba en todo aquel caos de cosas eran las paredes sucias y llenas de manchas de humedad.
Le sonrei simpaticamente mientras buscaba donde colocar mi bolso para que no se manchara con nada. Encontre un plastico que parecia recientemente traido y por lo tanto menos sucio, puese ahi mis cosas y empeze con mi trabajo intentando respirar lo menos posible para no pillar ninguna enfermedad estraña y ademas porque todo aquello apestaba a trapos sucios.
Me puso contra la asquerosa pared y con sus movimientos rapidos y firmes empujaba mi cuerpo hacia ella, lo cual yo intentaba evitar a toda costa. Como de costumbre empeze a gemir.
- No hagas ruidos, mi mujer esta justo encima de nosotros viendo la tele - me dijo acelerando la marcha.
Me calle rapidamente y solo pensaba en esa mujer que seguramente no sabia nada de las aventuras de su marido.
Por fin llego el orgasmo tan deseado (sobre todo por mi para poder salir de aquel antro). Le quite el preservativo y lo envolvi en las servilletas de McDonald's que siempre llevo en el bolso. (Cada vez que voy ahi me llevo unas cuantas por si acaso).
- Podrias tirarlo en la calle? - me pregunto.
- Pues claro - conteste amablemente mientras pensaba "si no fuera por mis servilletas ya me diras como iria yo con el preservativo lleno de esperma por la calle".
En este instante vi algo moviendose al lado de una caja. Un grito de horror salio de mi boca. Era una enorme cucaracha, una de estas aplastadas con alas de color marron oscuro que saben escalar por las paredes e incluso dicen que saben volar. Tal como estaba, completamente desnuda y con el preservativo envuelto en la servilleta sali pitando del trastero moviento las manos histericamente con intencion de quitarme de encima las cucarachas que parecian atacarme. Soy conciente que es patetico tener tanto miedo a estos bichos, pero es superior a mi. Ahi en el corredor desnuda e indefensa estaba yo asegurandome de que no habia nadie ni en mi pelo ni en mi espalda. Mientras tanto el cliente flipando en colores con mi sujetador en la mano intentaba pasarmelo desde el trastero. Me vesti tan rapido como pude sin volver al trastero; por suerte a ningun vecino se le ocurrio bajar en esos momentos ahi.
- Vaya!, no sabia que tenias tanto miedo - me dijo el cliente ya en el ascensor.
- Ya - conteste yo la palabra salvadora para no decirle todo lo que pensaba de el y su trastero.
- Hasta otra entonces - se despedio de mi
- Hasta otra - conteste yo con la sonrisa forzada mientras salia del portal con el preservativo lleno de esperma envuelto en la servilleta de McDonald's...

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