miércoles, 7 de enero de 2015

LA CONDUCTORA

Me quede embarazada y tuve a mi hija. Era lo que yo había querido.
Con todo eso se acabo el trabajo, la Fabrica,... ese mundo, y con una niña pequeña era difícil salir adelante a pesar de que me había preparado un buen cojín.
-Ahora que estas más gorda, ya no estas guapa,... ya no te puedo follar.- Era lo que me decía un cliente que por contra decidió que le hiciera de chofer.
-Mira así te ayudo con tu niña.- Decía y me pagaba bien por poco trabajo; mejor incluso que cuando estaba en la Fabrica. Me llamaba, lo iba a recoger con mi niña durmiendo en el asiento de atrás y lo llevaba a Castelldefels. Allí él pasaba un rato, repartía dinero entre las chicas y se emborrachaba la mayoría de las veces sin ni siquiera subir a una habitación.
Cuando llegaba a La Fabrica todas salían pata ver a mi pequeña. “Otra del oficio” decían. “Ni hablar” contestaba yo. Era un espectáculo ver a todas las chicas casi sin ropa rodeando el coche mientras hacían carantoñas a mi niña y al lado de la carretera...
Después devolvía al “cliente” cuando este se cansaba a su casa, a veces ni habiendo pasado poco más de media hora. Eso sí, al final ni él era incapaz de encontrar su casa, y lo tenía que acompañar hasta la misma puerta. El bien borracho, recostado sobre mí y yo aguantando además a la niña.

Una extraña imagen nocturna por las calles de Horta. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario