martes, 7 de abril de 2015

EL ALUMNO DE RUSO

Me gusta dar clases y me gusta el ruso, el origen de las palabras, la historia de la lengua, los pequeños matices y los detalles del porque y para que. Como veía que poco a poco iba olvidando mi lengua nativa decidí dar clases de ruso los fines de semana. Puse anuncios en internet y al final algunos me llamaron. Ahora tengo cuatro alumnos, algunos son más lentos y les cuesta mucho, otros son mas rápidos y espabilados.
Y siempre hay sorpresas. Había uno que no se por qué se había interesado en las clases. Apenas aprendía nada, nunca hacia los deberes y no avanzaba, además se pasaba el rato intentando enseñarme a mi. Pero bueno, venia, pagaba y se comportaba, así que yo no me quejaba. Poco a poco fue cogiendo confianza y eso empezó a darme mala espina, de tímido y distante paso a ser un vacilón con trato demasiado familiar, preguntas incomodas y personales, saludos con besos y abrazos.
Un sábado como de costumbre a las diez se presento en mi puerta para recibir la clase, pero esa vez llevaba en la mano una rosa. Me la dio a la vez que un par de besos y después de que yo la había dejado sobre la mesa y me preparaba para empezar con la clase se abalanzó sobre mí, me abrazo y me empujo contra la pared besándome y toqueteándome.
Me asuste muchisimo, lo primero que pensé es que me iba a hacer daño o algo así, pensé que quizás era un violador. No estaba preparada para eso y me puse a temblar, casi a llorar. Pero reaccione y lo empuje con mis manos y le grite, le pegue y le dije algo así como "¿Cómo se atreve Usted a hacer esto?".  El se amilano, se asusto, no sé que estaba pensando. Lo empuje a la puerta y lo eche de mi casa con un portazo. 
Después de cerrar la puerta me sentí mas segura y mas tranquila. Al rato me reí un poquito del idiota de alumno. Seguramente se creía muy atractivo y como yo intentaba ser simpática se creyó lo que no era.
¡Estúpido alumno! Me gusta dar clases y tener otro trabajo y ese tipo lo fastidió.
Creí que se había acabado, que avergonzado no volvería, no insistiría, se olvidaría de mí. Pero no, después de algunas semanas empezó a llamarme entre disculpándose y hablando de volver a las clases sin enterarse que eso se había acabado, que él no me gustaba, que no me daba confianza y que desde luego no iba a aguantar sus presencia por unos miserables 10 euros/hora.
Pero tan pesado se puso que al final le dije que una cosa era tenerlo como alumno y otra como cliente para acostarse conmigo. Imagino la cara que debió poner.
-Pero, si tu eres una chica normal, no me imaginaba que cobrabas por eso.- Encima el idiota estaba lleno de complejos. El solo quería follarse a su profesora gratis, eso sí que estaba bien.

Después de una semana de charlas al final decidió venir a acostarse conmigo. Como ya le tenia manía le cobre una hora por adelantado y me porte como un tronco de pino en la cama, ni siquiera le concedí una sonrisa. Un polvo rápido y soso, eso fue todo. Bueno, la verdad es que él en el sexo fue tan aburrido como cuando venía como alumno.


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