sábado, 18 de abril de 2015

EN EL SUPER

La nevera estaba casi vacía y era imperativo ir de compras para llenarla, sino no habría ni comida ni cena ese día. Así que en cuanto llego Niuf Nif le dije melosamente:
- ¿Verdad que no te importa llevarme un momento al Mercadona? Tengo que comprar comida.
- Vale, vamos - Como siempre aceptó sin rechistar. 
Me vestí rápida y cogimos su coche. Íbamos hablando de las cosas que tenía que hacer: dentista, Uni, examenes, ingles, etc.... y casi llegando a Mercadona sonó el teléfono.
- Siii - Conteste al ver el nombre del cliente - Si, ¿diez minutos?... si, ahí estoy.
- Ya puedes dar la vuelta y llevarme a casa que viene un cliente - Ordene yo a mi acompañante.
- Jaja - Se rió y dio la vuelta. Me dejo en la puerta de mi casa después de que le comentase de que estaría mas o menos una hora y que ya le llamaría cuando acabase. Como estaba previsto pasada una hora me estaba vistiendo para ir de nuevo a Mercadona.
Cuando el coche estaba entrando al aparcamiento del supermercado volvió a sonar el teléfono. Era mi chinito y claro no le podía decir que no.

Para poder salir del aparcamiento teníamos que comprar algo, además  me había quedado sin preservativos. Fuimos directos a la sección de perfumería para buscar preservativos, lubricante y toallitas húmedas, lo que fui cogiendo y dándole a mi acompañante para que lo aguantase. En este instante sonó el teléfono otra vez. Le indique a Niuf Niuf que fuera a pagar mientras yo estaba hablando con otro cliente.
Desde el rinconcito al lado de las escaleras, escondida de los oídos de la gente mientras hablaba por teléfono observaba la escena en la caja. Niuf Niuf - un hombre de unos 60 años cargado de cajas de condones y toallitas húmedas estaba pagando su supuesta compra. La cajera pasaba las cajas por la maquina sin ninguna expresión en la cara, pero seguramente estaría pensando: "¡Vaya este viejo si que folla!"
No podía aguantarme la risa durante todo el viaje de vuelta a casa, mientras mi chofer estaba confuso y sonrojado por la imagen de si mismo que seguramente tenia de su reciente compra.
- Vaya vicioso que estas hecho, jaja.- Me reía.- Ahora cuando me dejes en casa te vas a la farmacia y me compras lubricante, que el otro día un cliente lo gasto todo mientras le iba metiendo un súper pene de goma por el culo. Pero no olvides tiene que ser Durex, azul, sin sabores, ni olores, ni efectos, ni nada de eso.
Y así lo hizo. Pasada mediahora cuando yo estaba otra vez vestida y preparada para regresar a Mercadona me trajo el lubricante que le había pedido, tras recorrer cuatro farmacias.  
Cuando por fin pudimos completar la compra ya eran pasadas  las dos. 

Ya llegando  a mi casa volvió a sonar el teléfono, mire el numero y le dije a Niuf Niuf:

-Hoy me parece que tampoco habrá clase de ruso.


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