martes, 28 de abril de 2015

MONTE PERDIDO

Hacer una escapada para pasar la noche con algún cliente que no conoces bien siempre resulta un poco arriesgado. Así que intento evitar esa clase de experiencias.
El había venido un par de veces a mi casa y a la tercera me pidió que hiciera una excursión con el a Huesca. Yo nunca había estado ahí y me habría gustado ir pero no lo conocía y de entrada le dije que no. Pero el insistió, me aseguro que era un lugar precioso, que sería una excursión agradable y tranquila por la montaña acompañados por un guía y que eso si, después en el hotel nos lo pasaríamos bien.
Era un hombre de unos 50, como la mayoría de mis clientes, bajito, redondito con una buena tripita. Soñaba pasar toda una noche follando conmigo. La verdad es que yo no le veía muy capaz, pero bueno no le iba a quitar la ilusión, especialmente porque me ofrecía una cantidad más que interesante.
Al menos el rato de la excursión estaría bien y conocería un sitio nuevo, aunque después por la noche tendría que aguantar toqueteos constantes. Gajes del oficio.
Así pues el día acordado bien temprano me recogió, llevaba un coche feo y viejo. Parecía el coche de un tacaño aunque nunca antes me había dado esa sensación, me hizo temer que el hotel fuera más bien una fonda sucia y con bichos y me entro un temblor de pensar en tener que pasar la noche abrazada a mi gordito.
El viaje fue agradable y llegamos casi a la hora de comer a Broto, un pequeño pueblo donde estaba el hotel.
- Subimos un momento a la habitación a cambiarnos y nos vamos de excursión - me dijo sonriendo. 
Yo pensaba que iríamos a comer algo y que solo sería un paseo a media tarde, pero no, subimos rápido a ponernos ropa adecuada y a que el aprovechara la ocasión para meterme mano.
- Una chupadita rápida, por favor.- Me pidió dejando ver su pilila - Solo un poquito para que sueñe en lo que haremos esta noche.
Tuve que complacerle mientras pensaba en que el precio que le había dado era demasiado barato para lo que me tocaría hacer. En diez minutos estábamos en la calle con una mochila con agua y unos bocadillos. Todo parte del pack que había pagado por la excursión. Enseguida llego el guía con un  pequeño todo terreno y nos fuimos montaña arriba hacia el Monte Perdido. Al final de un camino asfaltado aparco diciéndonos que veríamos unos paisajes de ensueño.
- Sera un paseo agradable y no iremos demasiado rápidos para poder disfrutar del paisaje - Dijo el guia invitándonos a caminar. Y ahí empezó la caminata.
Seis horas por caminos serpenteantes, subiendo y subiendo, realmente descubriendo rincones mágicos y preciosos, sintiendo el bosque y las cascadas de agua y llegando muy arriba hasta caminar por la nieve. Al principio el cliente cantaba, me tocaba el culo de vez en cuando y hacia chistes con el guía sobre lo fuertes que somos las rusas…. Con un doble sentido. Después poco a poco empezó a resoplar, a sentarse en cada piedra que encontraba a preguntar si faltaba mucho.
El guía sonreía con el labio torcido como pensando: “poco podrás hacer con esa monada de rusa cuando acabemos la caminata” y creo que a veces me guiñaba un ojo. El final fue terrible, si a mí me dolían los pies, las piernas, los dedos, el culo,… al cliente, con ese cuerpecito de "atleta"….. bufff pobrecito no podía ni imaginarlo. Aquel Monte realmente era Perdido ...
Cuando por fin regresamos al hotel no me dio tiempo ni de sacarme las botas que el ya estaba egoístamente metido en la bañera dejándome para el segundo turno y ni siquiera haciéndome proposiciones sexuales. Yo lo miraba desde la puerta del baño, desnuda, insinuante esperando que me permitiese meterme en la bañera.
- Eres muy guapa Alicia, ya verás esta noche como lo vamos a pasar - Me dijo desde la bañera disfrutando del agua calentita mientras yo me moría de ganas de ducharme y relajarme los pies. Al final me permitió entrar en la bañera tras salir él y empezar a afeitarse y acicalarse. No me dejo mucho rato, enseguida empezó a meterme prisa.
- Va, ponte guapa que vamos a cenar. Hay que recuperar fuerzas después del paseo. Una buena cena y después el postre… jajá.- Dijo el ya saboreando mentalmente tanto la comida como mi cuerpo. Notaba como me comía con los ojos mientras me secaba y me vestía.
Fuimos a un restaurante que no estaba nada mal, pero hacia bastante frío dentro. El insistió en pedir por los dos y sin faltar un buen vino claro.
- Después un licor para bajar la cena y …. ya sabes - Me decía sonriendo y guiñándome un ojo. Se creía un supermacho que me iba a dejar reventada, que me haría correr como 20 veces y al cual suplicaría de rodillas que me siguiese follando.
La cena fue estupenda, me encanto todo lo que comimos, seria porque estaba muy bueno o porque tenia mucha hambre. Salí del restaurante llenisima y contenta, pero preocupada por como podría trabajar con el estomago tan lleno. 
De repente cuando ya subíamos en el ascensor del hotel un olor profundo lo lleno todo y a mí me mareo más que si me hubiera bebido diez botellas de vino. El gordito hizo un ensayo de fumigador experto, o sea hablando claro se tiro un pedo.
Yo esperaba que eso fuera algo accidental, pero cuando ya en la habitación él se desnudo rápidamente y casi me arranco mi ropa, al verlo y contemplar su inmensa barriga tuve la visión de un inmenso zepelín a punto de estallar.
Apenas me había estirado en la cama y sin que llegase a ponerse encima salió corriendo hacia el lavabo encerrándose en el. Los ruidos fueron indescriptibles y antes de que abriera la puerta de vuelta a la habitación yo abrí la ventana pues un ligero olor se infiltraba a la habitación desde el lavabo.
Lo vi aparecer desnudo, con la cara contraída y los ojos muertos. Gemía, se dejo caer en la cama y me dijo:
- Mejor descansamos un poco que el día ha sido duro y después ya follaremos - Cerro los ojos y se quedo estirado boca arriba, con su inmensa barriga que parecía a punto de estallar, una babita le caía por la comisura de sus labios y entre las piernas se asomaba una cosita diminuta.
Yo tampoco me encontraba muy bien aunque la verdad es que el nuevo plan me encantaba. Me levante y me metí en la ducha sin hacer mucho caso a las desagradables manchas que decoraban la taza del váter. Me vino bien la ducha y cuando regrese a la habitación el gordito roncaba a la vez que inflaba aun mas su barriga con cada aspiración que hacía.
No pude dormir, la serenata no solo se basaba en los ronquidos, sino tenia toda una orquesta de sonidos procedentes de diferentes partes del cuerpo del gordito. Ruidos de cosas liquidas, pastosas, silbidos de gases…. Fue terrible. Además no podía dejar de pensar que en cualquier momento aquello se despertaría y me querría poseer, penetrar y me exigiría besos y mamadas….. ¡que imágenes llenaban mi cabeza!
Ya con el sol entrando por la ventana sentí un ruido terrible. Todo lo redondo rueda y al final se cayó de la cama casi rebotando.
- ¡Ayyyy!.- Grito.- ¡Joder!.- se sentó desnudo en el suelo con cara de desesperación.
- Estoy fatal, necesito un café bien cargado.- Me miro, su cara reflejaba una tristeza terrible.
- Creo que de vuelta tendrás que conducir tu.- casi me estaba súplicando con los ojos - No podremos hacer nada, me tendrás que disculpar - No podría satisfacerme como yo me merecía, eso debía pensar.
- No pasa nada cariño, otro día sera - Dije yo pensando en la suerte que tuve.
Nos lavamos y vestimos sin decir palabra. Fuimos a desayunar, bueno yo desayune, el solo se tomo varios cafés bien cargados.
Conduje hasta Barcelona mientras el dormía sin dejar de gemir y temblar.

No me ha vuelto a sugerir hacer otra escapada. Viene al apartamento se deja hacer y satisfecho se vuelve a su casa tras comprobar que su cosita se infla razonablemente antes de descargar.


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