miércoles, 1 de abril de 2015

REGALOS DIVERSOS


Cuando veo su numero al sonar el teléfono pienso en si habrá alguien en el otro lado o es otra vez el teléfono llamándome por sí solo.
-Diga, hola…… hola.- Pasan segundos, minutos y no hay respuesta. De fondo se escucha el ruido de una oficina, pero nadie me contesta. Casi siempre es lo mismo y después de que cuelgue al rato se repetirá la llamada y con un poco de suerte no serán tres o cuatro antes de poder hablar con él.
Tanto el como su fabrica ya deberían de haberse jubilado hace tiempo. El ronda los 90 y aun sigue yendo cada día a su oficina. Su empresa en los años 40-50 fabricaba estilográficas de lujo y cepillos varios para usos varios. Ahora sus productos son más actuales: bolígrafos y cepillos para el pelo, todo de lujo, colocado en cajitas con letritas doraditas y dibujitos de marca.
Es sorprendente de donde este hombre saca las fuerzas y ganas no solo para echar el polvo conmigo sino también para ser el jefe, el padre, el abuelo,  bisabuelo y yo que se mas. 
Intenta hablarme en castellano pero se nota claramente que vive por completo en el ambiente catalán y antes preferiría hablar ingles, francés o incluso chino que castellano.
Cuando lo veo y pienso en lo que fabrica me veo en el siglo XVIII con recargados vestidos y un apretado corsé que apenas me deja respirar.
En una ocasión me regalo uno de esos cepillos para el pelo, que nunca he usado. Primero porque es para pelo corto y no para mi melena y después por esa sensación de entrar en el túnel del tiempo. Al cabo de un tiempo me pregunto por su regalo y no sabía cómo responderle.
- Si, si. De vez en cuando lo utilizo.- Mentí sin vergüenza alguna pensando en que no sabia donde estaba el maldito cepillo.

Es increíble el don que tiene la gente para regalar  cosas absolutamente inútiles. Supongo que es por que cuando escojemos un regalo pensamos: "¿Si fuera para mi que me gustaría que me regalasen?"  y en ningún momento pensamos realmente en la persona que va a recibir regalo. Por eso tengo una colección de masajeadores que normalmente los regalan  hombres a quienes les gusta que les hagan masajes, colonias horribles para viejas de mas de 60 años de esos que no tienen ni imaginación ni en realidad ganas de regalarte nada pero se ven obligados a hacerlo, así que van a la perfumería y piden una colonia para su novia y, obviamente la dependienta busca algo para una mujer mayor al ver a los clientes y yo acabo con la colonia de la juventud de mi abuela, ambientadores de olores varios, esos me provocan el complejo de que quizás desprendo un olor desagradable y ellos intentan matarlo con  nubes de química apestosa, etc...
No puedo decir que no sean de agradecer pero al final cuando no sabes qué hacer con ellos y además te preguntan una y otra vez acabas poniéndote a temblar cada vez que alguien llega con una bolsa o una caja.
Y mira que es fácil preguntar: "¿Que es lo que te gustaría que te regalase?"


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