miércoles, 8 de abril de 2015

POBRECITA


Estaba ahí delante mío, mientras tomábamos café después de haber acabado con el trabajo en la escuela y antes de que me acompañase a casa.
Mi teléfono corto lo que me estaba explicando y mientras yo hablaba el me iba mirando con cara inexpresiva.
-Si, claro que si.- Respondí al cliente que me preguntaba si podía ir a su hotel.
-Ahora, en 15 minutos estoy ahí….. si, 120. Vale, voy.- Mire a mi acompañante sonriéndole.
-¿Verdad que me llevaras al Campanille?, esta aquí cerca y me ha salido un trabajo para ya.- No le daba muchas alternativas.
-Bueno,… si, si…. Pero ¿te tratara bien?.- Que tonto, que pregunta, como si esa vez fuera diferente de muchas otras.
-No digas tonterías, ¿Qué quieres que me pase?.- Fui bastante brusca en la respuesta.
-¡Pobrecita! Es terrible que tengas que hacer esto. Solo imaginar que algún cerdo pueda tocar ese cuerpecito tan frágil y delicado. - Su cara era un poema…. Pena, horror, que se yo, pero me dio mal rollo.
-No seas tonto, va, llévame que no pasa nada.
Se levando para pagar los cafés y, si, me llevo al hotel aunque durante todo el viaje no paro de compadecerme, y casi poniéndose a llorar.
-No seas tonto que no pasa nada.- Me despedí de él cuando me dejo ante la puerta del hotel.
Más tarde, cuando ya estaba en casa me envió un mensaje volviendo a insistir en lo terrible de mi situación.
-¿Estas bien?, ¿no te han hecho daño?. Me he quedado muy mal cuando te he dejado. Pobrecita. -No pude mas, me hizo enfadar.
-Anda ya. Pobrecito tú. Tranquilizate y vete a dormir - Le envié el mensaje y cerré el teléfono.
Al día siguiente cuando volvió a encontrarse conmigo para tomar café andaba casi llorando.
-Estoy fatal. Yo solo estaba preocupado por ti y tú me has machacado. ¿Por qué?.- Fue su presentación.

-¡Ay!, pobrecito. Jaja. Anda pide ya los cafés.


No hay comentarios:

Publicar un comentario