Recuerdo
una vez en que acabe es un seminario
sobre contadores que organizaba la compañía
de aguas y donde había muchísima gente.
Acompañaba al ingeniero municipal, que me presentaba a todo el mundo como su
secretaria que le llevaba los papeles. Un ingeniero, bajito y gordo, de unos 60
años, que chulo se paseaba luciendo secretaria joven y rusa. Ja ja.
Era
todo muy teatral. El llamaba la atención y todos, incluso las mujeres,
miraban con curiosidad. Lo más divertido es que por allí además vi a algunos
clientes del Riviera, que sonreían y disimulaban no conocerme…. era divertido. Pero después
un rollazo, todo el rato hablando de contadores y en catalán y yo no me
enteraba de nada… hablaba entonces muy poco español y tuve que aguantar hasta
el final todo aquel rollo.
Como
otra vez, que uno me pidió que lo acompañara a Vic a una feria de coches de
juguete, para que estuviera con él en su stand trabajando. “Así además podrás
hacer clientes”, me dijo. Trabajando y sin cobrar, ¡Que cara!.... de todas
maneras al final llegamos a un acuerdo y acabe en la feria.
Los
coches eran maquetas antiguas y la gente buscaba piezas o elementos que habían
perdido como “ruedecitas” o el sombrero rojo del acompañante del conductor.
-
“El sombrero rojo del tal piloto de carrera”- Me pedían. Y yo ni
idea, con la cara que ponía debía espantar a los posibles clientes.
Se
trataba de reproducciones exactas de coches antiguos. Tan exactas como uno de
los modelos que llevaba una ralla en el costado por que el coche autentico en
su día, durante una carrera, había quedado rallado.
Después
de un par de horas con tanto friki me harte y me fui a pasear por Vic donde había
cosas que estaban muy bien…. como un templo romano, eso estuvo mejor que el
sombrero rojo del piloto deL coche en miniatura.
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