Se me acerco despacio,.... todo lo rápido que podía teniendo en
cuenta su edad.
Me sonreía y yo le devolvía un poco de brillo de mis ojos, era
mayor como casi todos los que entraban allí, otro payes de la comarca, pensé,
aunque este resulto muy simpático.
Yo apenas entendía nada, mi español en aquel entonces era casi
nada y encima aquellos viejecitos casi solo hablaban catalán. Pero ese fue muy
amable, dibujaba en las servilletas, gesticulaba..... cualquier cosa para
explicarme el significado de las palabras.... me gusto y acabamos en la
habitación.
Al día siguiente volvió, lo vi nada mas atravesar la puerta y fui
a por él, lo abrace, le di un par de besos y con un par de carantoñas me lo
lleve a la habitación. Estuvo más serio y seco que el día anterior,... pero era
agradable.
Así fueron pasando varios días, algunos estaba mas simpático,
otros más serio, “Sera la edad”, pensaba yo mientras iba mejorando el nivel de
mi castellano. Siempre venia entre semana y los sábados, nunca los domingos, debía
ser por que iba a misa o cosas de esas...... pero.... pero...
Siempre hay domingos especiales. Se abrio la puerta y entro él,
como siempre en cuanto me vio me sonrió, detrás volvió a entrar él y también me
sonrió..... un murmullo lleno el club.... todos se volvieron hacia la puerta,
eran dos iguales. Dos.
“Esta es la chica de que te he hablado”, le dijo el primero que se
acerco a mí al otro. “No, esta es mi chica”, respondió el segundo al primero.
Supongo que mis ojos debían salirse de la cara mientras pasaban de uno a otro.
“Pero, ¿que has hecho con mi chica?” recrimino uno al otro. Se miraron, me
miraron y cada uno de ellos con cara de pocos amigos se fue a un extremo
diferente de la sala.
Y yo iba de uno a otro, “¡Déjame!, te has acostado con mi hermano”
me decía uno y el otro. “¡Déjame!, no quiero nada de ti”.
Eran dos hermanos mayores, que vivían juntos en la casa del pueblo
que había sido de sus padres y que habían estado acostándose con la misma chica
sin saberlo y hablando entre ellos de sus chicas, supuestamente diferentes. Al
final lo aceptaron, no iban a dejar a sus chicas y, continuaron viniendo en días
diferentes pero nunca más juntos.
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