-“Estos
días varios clientes se han quejado de que me huele mucho el coño”.- Fue la
frase con la que se presentó una tarde entre nerviosa y sorprendida por la
sensibilidad de algunos.
Era
verdad, algo le pasaba aunque no tenía molestias ni nada, el olor era evidente
sin llegar a acercar demasiado la nariz a su entrepierna, bastaba levantar un
poco la falda para notarlo.
-“Tendremos
que ir al médico”.- le comente. -A ver que dice él.- Se puso nerviosa,
intranquila, preocupada....., no le gustó nada la idea de que friamente alguien
hurgase por allí abajo para encontrar vete a saber que. Su cara fue cambiando y
de repente..... se acordó.
-“Después
de la regla no me saque el tampón”.- Fue la frase liberadora para ella,
sorprendente para mí. ¿Cuantos días había estado con eso dentro y con un montón
de clientes?..... ¿Cómo se habría movido aquello?, ¿Cómo es que ningún cliente
se había dado cuenta? El tampón o los restos del mismo estaba bien adentro,
perdido……
-“Pues
ahora el médico tendrá que sacártelo”.- Eso era imperativo, pero ella se moría
de vergüenza,...
-“No,
¡no!, sácamelo tu por favor”.- lloraba y
suplicaba.
- "Joder, tía, es que no sabes apañarte ni con tu propio coño?".- Dije yo cabreada aunque acepte ayudarle.
La estire en la cama metiendo la mano en su vagina, removiendo y buscando el tesoro perdido. No habia manera. El "tesoro" estaba bien metido y según se ponía ella, según se movía, no había manera de pillarlo. Al final la metimos en la bañera con agua caliente para relajarla con las piernas bien abiertas, moviéndola y metiendo los dedos tanteando hasta conseguir enganchar el cordel para poder sacar aquello. Era una cosa ennegrecida, deshecha y maloliente…..
La estire en la cama metiendo la mano en su vagina, removiendo y buscando el tesoro perdido. No habia manera. El "tesoro" estaba bien metido y según se ponía ella, según se movía, no había manera de pillarlo. Al final la metimos en la bañera con agua caliente para relajarla con las piernas bien abiertas, moviéndola y metiendo los dedos tanteando hasta conseguir enganchar el cordel para poder sacar aquello. Era una cosa ennegrecida, deshecha y maloliente…..
Con razón se quejaban los clientes......
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