La
chica estaba muy nerviosa, cada vez era peor.
-“Alguien
me mira cuando estoy con los clientes, siento sus ojos y no puedo trabajar”.-
Insistía una y otra vez y llegaba a contagiar la intranquilidad a quien estaba
con ella en ese momento.
-“Pero,
¿quién quieres que te este mirando?, aquí solo estamos nosotras y los
clientes”.- Se lo decíamos una y otra vez, pero ella insistía e insistía y cada
vez peor.
…....
Como
un zoom en una película con el escenario de una gran ciudad, la cámara se
acerca a las ventanas iluminadas de los grandes bloques de apartamentos......
allí estaba nuestra ventana, nuestra gran ventana y todas nosotras, chicas
alegres, dando alegría a nuestros clientes.
Gira
la cámara y detecta en el bloque de enfrente un ligero brillo en una ventana
oscura, un ligero brillo que el zoom hace crecer hasta enfocar los prismáticos
que tapan la cara del mirón.
Allí
cada noche disfrutaba de su particular película erótica.
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