Hay
tíos que te quitan las ganas de todo, te puedes volver loca por repetir siempre
lo mismo.
Hoy
ha venido uno que le pone que mientras le aprieto con una mano contra la almohada
haciéndole hasta un poco de daño, con la otra lo voy masturbando y mientras tanto de vez en cuando le escupo y le digo "Perro, esclavo, etc.". Se pone como
loco.... menos mal que yo voy pensando en otras cosas, en finanzas, en la bolsa
y así evito seguir ese mal rollo.
Algunas
chicas no aguantan y acaban muy mal, acaban de psiquiatra, alcoholizadas o
enganchadas a la droga. Empiezan a beber, a esnifar y al final no hay vuelta
atrás.... bueno, a veces sí.
Hay
quienes tienen tendencia a quedarse siempre con lo peor, no encuentran a nadie
bueno, como una amiga que tenía un cliente serbio, que era horrible, un
autentico sádico, que cada vez que la visitaba le pegaba y la dejaba marcada.
“No puedes seguir así”, le decíamos todas, “me paga bien”, era su excusa, no
era una buena excusa, no.
Acabo
muy mal, enganchada a la coca y alcoholizada, al final nos la llevamos de
vuelta a Rusia, prácticamente encadenada ya que ella no quería irse y, allí la
encerramos en su propio piso para que no pudiera tomar nada, bueno la dejamos
beber y no le sacamos el alcoholismo, eso no, pero si la coca.
Bueno,
en realidad no acabo tan mal, tenía un amigo aquí que estaba enamorado de ella
y al que convencimos entre todas para que viajara a Rusia a buscarla y, no a
cualquier parte de Rusia, sino a un rincón perdido. “Es una buena chica, tu
puedes ayudarla”, le decíamos. Al final hizo el viaje y allí mismo se caso con
ella para arreglarle los papeles. Ahora viven felices en Vilafranca.
Hace poco la vi, sigue tan enamorada de su marido como cuando el fue por ella a Rusia. Creo que cambio la coca por el vodka y el vodka por el marido.
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