viernes, 12 de diciembre de 2014

HASTIO

Hay tíos que te quitan las ganas de todo, te puedes volver loca por repetir siempre lo mismo.
Hoy ha venido uno que le pone que mientras le aprieto con una mano contra la almohada haciéndole hasta un poco de daño, con la otra lo voy masturbando y mientras tanto de vez en cuando le escupo y le digo "Perro, esclavo, etc.". Se pone como loco.... menos mal que yo voy pensando en otras cosas, en finanzas, en la bolsa y así evito seguir ese mal rollo.
Algunas chicas no aguantan y acaban muy mal, acaban de psiquiatra, alcoholizadas o enganchadas a la droga. Empiezan a beber, a esnifar y al final no hay vuelta atrás.... bueno, a veces sí.
Hay quienes tienen tendencia a quedarse siempre con lo peor, no encuentran a nadie bueno, como una amiga que tenía un cliente serbio, que era horrible, un autentico sádico, que cada vez que la visitaba le pegaba y la dejaba marcada. “No puedes seguir así”, le decíamos todas, “me paga bien”, era su excusa, no era una buena excusa, no.
Acabo muy mal, enganchada a la coca y alcoholizada, al final nos la llevamos de vuelta a Rusia, prácticamente encadenada ya que ella no quería irse y, allí la encerramos en su propio piso para que no pudiera tomar nada, bueno la dejamos beber y no le sacamos el alcoholismo, eso no, pero si la coca.
Bueno, en realidad no acabo tan mal, tenía un amigo aquí que estaba enamorado de ella y al que convencimos entre todas para que viajara a Rusia a buscarla y, no a cualquier parte de Rusia, sino a un rincón perdido. “Es una buena chica, tu puedes ayudarla”, le decíamos. Al final hizo el viaje y allí mismo se caso con ella para arreglarle los papeles. Ahora viven felices en Vilafranca.
Hace poco la vi, sigue tan enamorada de su marido como cuando el fue por ella a Rusia. Creo que cambio la coca por el vodka y el vodka por el marido.





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