Con titulo de abogada, trabajando en
los juzgados, burocracia...... Historias de juicios, de gentes simples ahogadas
en el lenguaje de los leguleyos.
Una bonita secretaria del juzgado
cargada de papeles y legajos que se da de bruces con un juez alto y apuesto dejando
el suelo cubierto de documentos. Ambos de rodillas recogiéndolo todo, sonriéndose
cara a cara, a cuatro patas, en un espectáculo divertido para los que iban
pasando por los pasillos.
La anécdota, el chiste, los amantes.
En los juicios cruzándose las miradas, lanzándose besos... pobres acusados si
el juez se sentía irritado por tener que prestar atención a los hechos a juzgar
más que a los ojos de su amada.
Y en los tiempos de preparación de la sentencia, en la sala
cerrada, ellos dos solos y una mesa sobre la que estirarse o recostarse,....
deseo, ansias, pasión en un juzgado ruso, pasando el tiempo rápido, quedando en
nada para poder redactar la sentencia.
Fue un amor fugaz, un amor de juzgado.
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