Fue
una noche romántica.....
En una
habitación acojedora contemplando las murallas iluminadas de La Cite de
Carcassone por la ventana mientras cantaba algún pájaro nocturno, me sentía
relajada y tranquila después de un viaje largo.
Me
había recogido a la salida de clase pasadas las ocho acompañándome a casa para
que pudiera recoger mi equipaje y de ahí 4 horas de coche solo parando para
comer un par de bocadillos y yo fumar un cigarrillo. Todo fue bien hasta llegar
a Carcassone pasada la medianoche y empezar a dar vueltas sin encontrar el
hotel…. bueno en realidad no fue nada más que un rato divertido circulando por
calles estrechas y tranquilas alrededor de la La Cite, para al final llegar a un
lugar de aspecto agradable y prometedor.
Ya
en la habitación me deje caer en la cama
pensando en un baño y en dormir relajadamente, la verdad es que en ese
momento no tenía ganas de mucho mas. Nos duchamos juntos riéndonos y jugando y
desnudos nos metimos en la cama… sentía su deseo pero también su cansancio, su
duda sobre si ir a por mí o simplemente dormir juntos esperando el despertar.
Abrazados
nos fuimos durmiendo, el contra mi espalda y yo sintiendo su erección contra
mis piernas, entre mis nalgas…. tenia sueño, pero el deseo…. El deseo me venció
y el no se resistió.
Al
final sentía como su cuerpo desnudo se apretaba contra el mío..... Habíamos hecho
el amor llevados por la pasión a pesar del cansancio y el sueño..... El sueño
que volvía después de haber sentido como me deseaba, como me acariciaba, como
me besaba..... y como seguía haciéndolo mientras el sueño se adueñaba de
nosotros.
Sentía
como susurraba en mi oreja, como me iba explicando historias, anécdotas....
como de repente empezó a reír. “Sabes”- me dijo - “Recuerdo un cuento que
escribí sobre una mosca atrapada en un váter”.
En
la escena más romántica que pudieras imaginarte empezó a hablar de moscas y
cacas.... y cuanto más lo hacía más me apretaba contra él y ansiaba que sus
manos continuasen suavemente acariciándome. No era deseo, era no querer dejar
de sentirlo, no querer dejar de oír el latido de su corazón, no querer que
dejase de mover sus manos recorriendo mi piel.
El
sueño se esfumo y continuamos hablando un buen rato de uno de nuestros temas
favoritos. Me rio mientras recuerdo el viaje de la mosca desde Barcelona a la
China..... Esa mosca que al bajar del avión se encuentra con otras moscas
chinas a las que no entiende pues estas hablan chinomosquin y su único perfume
es el derivado de la caca perruna. Una mosca de Barcelona tiene una gama más
amplia de excrementos con los que perfumarse.
Fue
una noche divertida y romántica, el estaba bien calentito abrazándome y dándome
besitos, así poco a poco nos fuimos durmiendo escuchando a lo lejos el zumbido
de las moscas bailando bajo la luna de Carcassone.
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