domingo, 15 de febrero de 2015

92

Conduce el coche y la mano derecha se le escapa a mi rodilla. Sonrío, lo miro de reojo apartando su mano
-“Pesado, mira que eres pesado”.- Le digo. Se ríe, me mira y le regaño por dejar de mirar a la carretera.
- “Tu conduce y no te distraigas”.- Le insisto
-“Eres como uno de 92 años que venia a verme al Riviera”.- Me rio después de decírselo.
-“Me quedaba sentada a su lado en la cama y el tocaba mi rodilla con la mano izquierda mientras acariciaba su pantalon entre piernas con su mano derecha. En poco rato dejaba de hacerlo, decia que ya se habia corrido y nos bajabamos a la sala”.- Le sigo explicando provocando su exclamación:
- “Como eres no pasas ni una".
-“Si y, cuando subía un poco más arriba la mano, entonces ya se deshacía del todo. Eso fue ya hace mucho,... ahora tendría... 105”.....-  Joder, que imagen.

-“No te pienso tocar nunca más”.- Responde él, intentando sonar a enfadado,.... casi... pero no, en un rato sus manos vuelven a pasar por mi rodilla y yo ya tengo una coletilla para martirizarlo de vez en cuando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario