miércoles, 18 de febrero de 2015

AGLOMERACIONES

Había quedado a las 9.00 con el Duende para acabar un trabajo de contabilidad de costes. Antes de que llegara me llamo un cliente así que tuve que enviarle un mensaje: 
-No tengas prisa, a las 9:15 viene uno y estará una media hora.
-Ya me dirás.- Me contesto.
-Ya estoy.- Le conteste a la media hora al tiempo que sonaba el teléfono sin que me diese tiempo de dejarlo en la mesa. Era otro cliente para las 11. 
El Duende apareció en la puerta pasados escasos 3 minutos y le puse sobre aviso dejándole mis notas: 
-Mira, ves leyendo todo esto y después escribe, a las 11 tengo un cliente y tendrás que estar un rato por ahí.
El me miro y sonrió.
- Vale - Fue su respuesta escueta. En ese momento sonó el teléfono.....
- Siiii, hola, ¿cómo estás?,.... si quieres a las 11:30.... Vale .- Quedaba yo con otro cliente. 
- Ya ves, ayer estuve toda la mañana bien aburrida sin que llamara nadie y hoy.... tendrás que estar un buen rato dando vueltas por ahí .- Dije yo disculpandome
- De momento, vamos a tomar un café. - Respondió el con la mirada triste.
- Esto me recuerda - Le dije - a una ocasión en que venía un cliente detrás de otro, sin descanso y me quede sin preservativos. Tuve que llamar a mi niñera y decirle que me los fuera a comprar y que me los tirase por el balcón. ¡Que imagen!
Y como no acertaba al final subió, abrió la puerta del piso y los dejo tirados en el recibidor. Los ruidos se oyeron en la habitación y el cliente con el que estaba en aquel momento se puso nervioso imaginándose vete a saber que.
- ¿Que son esos ruidos?, ¿que esta pasando? - preguntó perdiendo todo su deseo.
- Nada, nada, deben ser ratas, el barrio está lleno - dije yo para tranquilizarle.





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