miércoles, 25 de marzo de 2015

GOTERAS

Había quedado con uno en un hotel desconocido, estaba en buena zona y por fuera el aspecto era atractivo….. “Al menos dormiré en una buena cama” - Pensaba.
La habitación estaba bien aunque la distribución era un poco extraña, entrabas y te encontrabas con el lavabo en la zona de distribución, con una puerta para el wc, otra para la ducha y la que daba paso al dormitorio propiamente dicho.
Pero bueno yo estaba allí para un trabajo, no para discutir sobre el buen o mal hacer de los arquitectos, así que me desnude y estire en la cama preparada para empezar con lo mío… Sonreía e iba pensando en que toda una noche con “ese” podía hacerse un poco larga y esperaba quedarnos dormidos pronto y no tener que aguantarlo demasiado.
Se tiro encima y yo ya cerré los ojos y empecé con mi programa. Todo iba bien, el disfrutaba y yo iba haciendo hasta que sentí el liquido caliente en la cara.
-¡Eso no, ni hablar!.- Grite, separándolo de mi y saltando de la cama mientras intentaba secarme “aquello”.
- ¿Qué pasa?.- Se sorprendió el cabrón.
- Ni lluvias doradas, ni meados, eso yo no lo hago.- Solo pensaba en sortearlo e ir a la ducha para poder lavarme.
- Yo no he hecho nada de eso.- Se puso a gritar él.
- Entonces ¿que es esta porquería caliente que me has echado a la cara?.
- ¡Que porqueria, ni que mierda!.- Continuaba gritando mientras encendía la luz.
- ¡Joder!, ¿Qué es eso?.- Dije en voz alta mientras miraba la cama mojada.
- Pero…..- Miraba él las sabanas manchadas y a mi alternativamente como acusándome de ser yo la culpable del charco.
- Poc, poc,….- Iban cayendo gotas desde el techo de la habitación.
- Pero…. ¡que mierda de hotel!...
- Tio lo dejamos aqui, me ducho, me lavo y me voy.- Le dije
Me fui a duchar mientras él llamaba a recepción del hotel para quejarse. Cabreada me metí en la ducha y cuando pensaba que ya caía el agua, aun casi sin haber tocado el grifo me sorprendí al ver que aquello tenía color y… olor…… Sali de ahi gritando, enseguida llego el cliente a ver qué pasaba.
Del techo caía liquido de color amarillo oscuro y bien perfumado. Me entraron ganas de llorar mientras el cliente se reía. Al final tuve que lavarme como pude en el grifo del lavabo y marcharme rápida de allí solo pensando en llegar a casa para poder ducharme de verdad y frotarme la piel con furia para poder olvidar esa asquerosa experiencia.
Nunca más pienso ir a ese hotel.



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