domingo, 29 de marzo de 2015

CHINITO

Siempre me llama con una hora o mas de tiempo, y es de agradecer. Así no tengo que ir volando por el piso para recoger todos los juguetes de la niña ni tampoco ducharme a la velocidad del rayo. 

Claro que todo tiene su explicación, viene desde la otra punta de Barcelona y los 40 minutos de metro no se los quita nadie, así que una hora de previsión es aceptable. Suena el timbre, le abro y sube rápido con un móvil en las manos.
-Hola - Saluda y va directo a la habitación, pone a cargar su teléfono y solo después me mira a mi.
-Hola - Le contesto mientras saco una toalla del armario.
Se desnuda y se mete en la ducha mientras yo le pregunto como le van las cosas en la uni y en el trabajo. Dicen que los chinos tienen una facilidad increible para estudiar. Yo me lo creo. Este por ejemplo tiene una carrera acabada y ahora hace un doble grado. Ademas trabaja en el restaurante de sus padres y no se donde mas. No se como llega a todo.
Los chinos nunca han sido mis clientes preferidos, suelen regatear muchísimo el precio y luego en la cama la mayoría tienen unas pichuritas diminutas pero dedos fuertes y una manera de ser muy brusca y fría.
Este chinito no es así, aunque a pesar de estar bastante mediterraniezado no deja de ser chino. Es bastante cariñoso y nunca regatea. Eso si después del polvo se queda deshecho, se queda completamente dormido e incluso ronca. Es impresionante lo rápido que coge el sueño. Será por el cansancio que arrastra por tanto estudio y tanto trabajo.
Yo le dejo dormir, a mi no me molesta, siempre y cuando no haya otro cliente esperando. Mientras él duerme me pongo con mi ordenador, lavo los platos o simplemente echo la siesta a su lado.



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