miércoles, 20 de mayo de 2015

LA GORDA

- Quisiéramos hacer un trío - Sonaba la voz suave y melosa.
Hacia tiempo que no trabajaba con parejas y me pareció una buena idea ir a ver al dueño de esa  voz tan agradable, así que me presente en su casa guapa y perfumada, como siempre, y con un vestido negro y tacones altos.
Me abrió la puerta un hombre bajito, gordito y con sonrisa de morboso. Me acompaño a la sala donde me presento a "su mujer". Un enorme cuerpo completamente desnudo estaba aposentado en el sofá como una descomunal y amorfa  masa de grasa. Unos pequeños ojitos negros atravesándome eran lo único que destacaba de todo ese montón de carne amontonada. Me aterrorice al pensar que con "eso" tendría que estar en la cama, pero enseguida el marido me tranquilizo diciendo que solo follaríamos él y yo y, que a ella lo que le gustaba era mirar como "su marido" se follaba a las chicas. Al oírlo casi se me escapo un suspiro de alivio.
"La masa" seguía en el sofá sin moverse y, a excepción de los ojos penetrantes, sin ninguna muestra de vida en la cara. El hombrecillo y yo nos manteníamos en el medio de la sala de pie intentando hacer cosas cuando de repente la enorme mano de "la masa" se movió hacia lo que podría ser su chocho. La mano empujo la barriga hacia arriba con una sorprendente facilidad mostrándonos, especialmente a mi, una grandiosa bola de pelo negro. Mientras tanto yo se la estaba chupando al "enanito" y me vinieron unas incontrolables ganas de vomitar. Intente concentrarme en lo que estaba haciendo y pensar en mi "mundo feliz". Me imaginaba los ponis de color rosa volando por los cielos también de color rosa, pero incluso eso no me ayudaba mucho. La monstruosa masa se tocaba el chocho intensamente  mientras su enano me follaba de pie y yo no dejaba de pensar en los ponis.
Y entonces llegó el orgasmo: él gritaba como si le estuviesen cortando la mano y ella gritaba aun mas todavía. Sus aullidos  creo que los llegaron a oír  hasta los vecinos del final de la calle y por primera vez vi vida en su rostro y lo que vi no me gusto nada. Toda su piel se arrugo en una forma realmente asquerosa y del pequeño agujero de la boca salieron borbotones de saliva  en forma de escupitajos llenando el aire con un sonido horrible y toda clase de líquidos y bacterias.
Después, ya  en el coche no sabia si beber el agua o escupirla por el asquito que me provocaba el cercano recuerdo de la masa y sus cosas descolgadas. Esa Gran aventura me quito las ganas de volver a trabajar con parejas.... al menos durante una semana...


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