sábado, 23 de mayo de 2015

EL JEFE

- ¿Que le interesa exactamente? - La misma frase de siempre salio automaticamente de mi boca.
- Yo mando - Me contesto el hombre al otro lado. Como no entendí a que se refería me limite a decir: "Perdón?" sin mas preguntas.
- A mi me gusta mandar. - Se explico el hombre - Nada mas llegar empezare a mandar, por ejemplo te diré que me la chupes y tendrás que hacerlo, te diré que te pongas a cuatro patas y tu me obedecerás. ¿Hay algún problema con eso?
- Ehhh, no. Una pregunta: ¿exactamente en que momento me paga?
- Al entrar. Me abres la puerta, entro, te pago y, entonces empiezo a mandar.
- Ah, ok
- Entonces sera así.- Continuo con sus instrucciones.- Primero te mando en la sala, después iremos a la habitación y te daré mas ordenes que tu obedecerás.- Seguía el hombre con su película. Y yo flipando me la tragaba entera mientras seguía introduciendo mis facturas en el programa de contabilidad. El hombre me explico con todo detalle como y donde iba a mandarme. Le dije que me parecía una idea estupenda y quedamos a las 12.00.
Dudaba mucho en que viniera. Normalmente los cuenta cuentos explican muchas historias pero con eso se acaba todo. Sin embargo este no fue el caso.
A las 12 en punto sonó el timbre y abrí la puerta. Entro un hombre de unos 50 años, con la barrigita cervecera pero con un  traje impecable  con corbata. Ni sonrió ni saludo. Tal como dijo, entro, pago y empezó a mandar. Mientras se la chupaba pensaba de que el hombre cumplía con exactitud el guión de la obra que el mismo había escrito.
- ¡Puta, zorra, perra! - me gritaba exactamente tal como había explicitado que haría cuando había llamado. - Y que no se te ocurra decírselo al cornudo de tu marido. Cuando le pille también me lo follare. - Seguía con sus fantasías  mientras me follaba.
Me imagine a mi marido imaginario penetrado por el "jefe" y me entraron ganas de reír, pero me contuve y puse la cara de una secretaria dispuesta a todo.
La media hora de insultos y ordenes paso rápida. En cuanto el hombre se corrió, se tumbo en la cama relajado y se convirtió en otra persona.
- ¿Te ha ofendido que te insultara?. ¿Te he hecho daño en algún momento?. ¿Hubo algo en que me he pasado? - Pregunto preocupado. Le dije que no un tanto sorprendida y el empezó a explicarme los aspectos psicológicos de su fantasía y me di cuenta de que en la vida real el hombre era un encanto. Inteligente y educado, realmente trabajaba en una oficina como un empleado normalito, tenia su familia y sus hijos, llevaba una vida tranquila y aburrida.  Su fantasía era su gran secreto, su escapada a otro mundo donde el era el "jefe".

Todos tenemos nuestro otro "yo" en lo mas profundo de nuestras mentes. Algunos lo dejan salir y otros lo tienen encerrado en las mazmorras del castillo de moral.


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