La niña, en su bicicleta y con su gato encima. Ella también había sido niña
y desde siempre ha sido generadora de historias.
Pedaleando hacia el huerto de su padre, atravesando el bosque, casi como en
un cuento. Ella y su gato soñando…. Por el camino apareció la figura de un
hombre, caminando rápido, cada vez más cerca hasta cruzarse y mirarla, bien no sé
cómo.
Ella sintió como los pasos se alejaban y se olvido del hombre, regresando a
sus sueños y cuentos imaginados, cuentos de niña.

Ella sigue avanzando, pensando: “¿Que le debe pasar?.... sigue avanzando
inocente hacia el lobo del cuento. El la espera, justo la deja pasar, la coge
de su pantalón corto, la sujeta y le pone un cuchillo en el cuello:
- No tengas miedo, no te voy a hacer nada.- Estúpida afirmación
Falsa afirmación, que el gato, con su especial sentido detecta y en su
miedo ataca. El caballero del cuento de espadas afiladas, salta hacia el
enemigo cruzándole la cara con mil cuchilladas.
El lobo espantado salta hacia un lado, el caballero hacia otro y ella, la
niña del cuento, con un corte en el cuello huye espantada hacia la salida del
bosque. Llega al huerto de su padre, donde llora, explica la historia y
descubre al gato esperándola.
Días mas tarde, se cruza, en su barrio con un vecino con la cara bien y
merecidamente marcada. Villano que baja la mirada y huye no fuera que el gato
volviera con sus espadas.
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